Su función es la de estudiar los riesgos para prevenirlos, planificando la mejor manera de afrontarlos, facilitando la coordinación de los equipos de socorro que trabajan en las emergencias, avisando a la población de la existencia de los riesgos e informando sobre la forma de actuar frente a los mismos.
Las actuaciones deben prepararse al máximo con el fin de reducir al mínimo la improvisación. Así, en caso de accidente todo el mundo sabrá qué hacer y todo estará preparado para actuar rápidamente y con eficacia.